lunes, 25 de marzo de 2013



Sector: Historia y Geografía             
        Prof.: Madelaine Martínez
Nombres: Olivia Page, Catalina Rubio
Nivel: 7° A
Inundaciones de 1982

En Junio-Julio del año 1982, ocurrieron persistentes lluvias en la zona central de Chile, acumulándose 126 mm de agua y causando un aumento del caudal del río Mapocho y otros ríos de la zona (río Maipo, río...) de una forma descomunal, cosa que no se había visto desde hace 30 años atrás. Esto resultó en la inundación del 70% de la ciudad de Santiago, junto con áreas de Valparaíso, Maipú, Pirque, Lo Barnechea, Peñalolén, entre muchos otros. Fueron días inolvidables para los habitantes de una gran parte de la zona central del país, dejando un rastro de casi 35.000 personas damnificadas, evacuadas, heridas, muertas y desaparecidas. Después de 96 horas de lluvias constantes; autos, casas, jardines y estacionamientos enteros desaparecieron bajo la furia el río.
 Las Inundaciones tuvieron lugar
         en la zona central del país.
Una de las comunas más afectadas fue la de Vitacura donde el río también arrastró 30.000 toneladas de barro. El tránsito era un caos, hubo cortes de agua y luz, las clases de los colegios fueron canceladas y desaparecieron poblaciones por completo. Al investigar acerca del tema, queda claro que las inundaciones tuvieron orígenes naturales pero fueron agravados por acciones de los humanos.

Midiendo 10 en la escala de Beaufort, la tormenta fue causada, principalmente, por el Fenómeno del Niño que tiene como efecto un aumento de lluvia y temperatura. Haciendo que en 48 horas cayeran el equivalente de un mes y medio de precipitaciones de un año normal. Dicho fenómeno meteorológico afecta principalmente a la costa oriente de Sudamérica ya que es allí donde ”chocan” dos corrientes marinas de diferentes temperaturas. Además, debido a dichos cambios de temperatura, la condensación de las nubes en las colinas de las montañas que generalmente caen en forma de nieve, cayeron directamente como lluvia, aumentando las aguas que llegaban al valle de Santiago y sus ríos.

También, debido a la acción de los hombres se hicieron aún más agudos los efectos de este temporal inevitable. Por un lado en los años ochenta, la ciudad de Santiago había comenzado a expandirse y crecer, construyéndose casas en los cerros de la pre-cordillera que rodean a la capital. Para lograr el desarrollo y la urbanización, se botaron muchos árboles y se ocupó mucho terreno que anteriormente tenía vegetación nativa. En el ecosistema original, dichos árboles y tierra pura, absorbían grandes cantidades de agua de los deshielos o lluvias de la cordillera, previniendo que llegase tanta agua a los ríos y cuerpos de agua del valle.

Por otra parte, al paso de los años, se había ido achicando la caja del río, ya que el Mapocho no había ocupaba su cauce completo en tanto tiempo. Entonces, se habían ido construyendo casas, puentes, estacionamientos y cosas del estilo, muy cerca de él. Por eso, en 1982, cuando el río subió, muchas de dichas estructuras fueron destruidas. Por último, la ciudad no contaba con un sistema de desagüe adecuado que pudiese absorber las grandes cantidades de aguas producidas en años como ese. Entonces, cuando llegó la combinación de las aguas extra del Fenómeno del Niño, de la poca infiltración, y etc., los desagües de Santiago, no fueron capaces de deshacerse de los líquidos de sobra que se rebalsaban de las orillas del Mapocho. 

Así fue que este desastre de causa natural (que había ocurrido de forma parecida muchas veces en la historia de Chile) provocó daños incalculables. Como tantos otros desastres naturales (sismos, volcanes) su deterioro depende de cómo están preparados los que lo van a vivir. Por eso, hay mucho que hubo y hay que hacer para mejorar la seguridad de la capital frente a estas condiciones climáticas. Entre otras cosas, se pueden mejorar los desagües, poner límites de la construcción en la pre-cordillera, no construir muy cerca del Mapocho (o de cualquier río), e intentar de estar siempre pendiente del río y las lluvias, particularmente en los años en que está presente el Fenómeno del Niño.

Aquí está el temporal desde el punto de vista de dos testigos de las inundaciones en Lo Barnechea:

¿Qué estabas haciendo?
Eugenia Valdivia: Estaba en misa y el padre nos informó que se estaban inundando muchas casas por el alrededor del río.
Roberto Rubio: Estaba durmiendo, sentí un ruido fuerte de piedras y agua.

¿Cuál fue tu primera reacción?
Eugenia Valdivia: Quedarme en la parroquia y ayudar a la gente afectada.
Roberto Rubio: Mi primera reacción fue ir a ayudar a bomberos y carabineros con el rescate y ayuda de gente afectada.

¿Cómo reaccionó la gente frente a esta situación? 
Roberto Rubio: La gente se portó de forma solidaria, donando dinero, ropa y etc.

¿Cuántos días llovió? 
Eugenia Valdivia: Llovió más de una semana en gran cantidad.

¿Qué fue lo que más te impactó? 
Eugenia Valdivia: Me impactó la fuerza del Río ya que nunca lo había visto actuar llevándose tantas cosas. 

¿Dónde fueron albergados inicialmente los damnificados? 
Roberto Rubio: En un principio fueron albergados en iglesias, gimnasios y escuelas.

¿Qué ocurrió con la gran parte de los damnificados? 
Eugenia Valdivia: La mayor parte de los damnificados fueron trasladados a otras comunas.

¿Actuarías de la misma forma en otra situación como esta?
Eugenia Valdivia: Actuaría igual, ya que no perdí la calma y fui a ayudar a le gente afectada.  
Roberto Rubio: Actuaría igual porque traté de ayudar al máximo de personas.

Nosotras, Catalina Rubio y Olivia Page, eligimos este desastre natural ya que lo encontramos sumamente interesante, un tema diverso y, aunque terrible, un poco divertido. También, teníamos acceso a dos testigos del temporal, que, además de ayudar a los afectados, se conocieron por primera vez allí.

Bibliografía:





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