Sector:
Historia y Geografía
Prof.:
Madelaine Martínez
Nombres:
Olivia Page, Catalina Rubio
Nivel: 7° A
Inundaciones de 1982
En
Junio-Julio del año 1982, ocurrieron persistentes lluvias en la zona central de
Chile, acumulándose 126 mm de agua y causando un aumento del caudal del río
Mapocho y otros ríos de la zona (río Maipo, río...) de una forma descomunal,
cosa que no se había visto desde hace 30 años atrás. Esto resultó en la
inundación del 70% de la ciudad de Santiago, junto con áreas de Valparaíso,
Maipú, Pirque, Lo Barnechea, Peñalolén, entre muchos otros. Fueron días
inolvidables para los habitantes de una gran parte de la zona central del país,
dejando un rastro de casi 35.000 personas damnificadas, evacuadas, heridas,
muertas y desaparecidas. Después de 96 horas de lluvias constantes; autos,
casas, jardines y estacionamientos enteros desaparecieron bajo la furia el río.
Las Inundaciones tuvieron lugar en la zona central del país. |
Una
de las comunas más afectadas fue la de Vitacura donde el río también arrastró
30.000 toneladas de barro. El tránsito era un caos, hubo cortes de agua y luz,
las clases de los colegios fueron canceladas y desaparecieron poblaciones por
completo. Al investigar acerca del tema, queda claro que las inundaciones
tuvieron orígenes naturales pero fueron agravados por acciones de los humanos.
Midiendo
10 en la escala de Beaufort, la tormenta fue causada, principalmente, por el
Fenómeno del Niño que tiene como efecto un aumento de lluvia y temperatura.
Haciendo que en 48 horas cayeran el equivalente de un mes y medio de
precipitaciones de un año normal. Dicho fenómeno meteorológico afecta
principalmente a la costa oriente de Sudamérica ya que es allí donde ”chocan”
dos corrientes marinas de diferentes temperaturas. Además, debido a dichos
cambios de temperatura, la condensación de las nubes en las colinas de las
montañas que generalmente caen en forma de nieve, cayeron directamente como
lluvia, aumentando las aguas que llegaban al valle de Santiago y sus ríos.
También,
debido a la acción de los hombres se hicieron aún más agudos los efectos de
este temporal inevitable. Por un lado en los años ochenta, la ciudad de
Santiago había comenzado a expandirse y crecer, construyéndose casas en los
cerros de la pre-cordillera que rodean a la capital. Para lograr el desarrollo
y la urbanización, se botaron muchos árboles y se ocupó mucho terreno que
anteriormente tenía vegetación nativa. En el ecosistema original, dichos
árboles y tierra pura, absorbían grandes cantidades de agua de los deshielos o
lluvias de la cordillera, previniendo que llegase tanta agua a los ríos y
cuerpos de agua del valle.
Por
otra parte, al paso de los años, se había ido achicando la caja del río, ya que
el Mapocho no había ocupaba su cauce completo en tanto tiempo. Entonces, se
habían ido construyendo casas, puentes, estacionamientos y cosas del estilo,
muy cerca de él. Por eso, en 1982, cuando el río subió, muchas de dichas
estructuras fueron destruidas. Por último, la ciudad no contaba con un sistema
de desagüe adecuado que pudiese absorber las grandes cantidades de aguas
producidas en años como ese. Entonces, cuando llegó la combinación de las aguas
extra del Fenómeno del Niño, de la poca infiltración, y etc., los desagües de
Santiago, no fueron capaces de deshacerse de los líquidos de sobra que se
rebalsaban de las orillas del Mapocho.
Así
fue que este desastre de causa natural (que había ocurrido de forma parecida
muchas veces en la historia de Chile) provocó daños incalculables. Como tantos
otros desastres naturales (sismos, volcanes) su deterioro depende de cómo están
preparados los que lo van a vivir. Por eso, hay mucho que hubo y hay que hacer
para mejorar la seguridad de la capital frente a estas condiciones climáticas.
Entre otras cosas, se pueden mejorar los desagües, poner límites de la
construcción en la pre-cordillera, no construir muy cerca del Mapocho (o de
cualquier río), e intentar de estar siempre pendiente del río y las lluvias, particularmente
en los años en que está presente el Fenómeno del Niño.
Aquí
está el temporal desde el punto de vista de dos testigos de las inundaciones en
Lo Barnechea:
¿Qué estabas haciendo?
Eugenia
Valdivia: Estaba en misa y el padre nos informó que se estaban inundando muchas
casas por el alrededor del río.
Roberto
Rubio: Estaba durmiendo, sentí un ruido
fuerte de piedras y agua.
¿Cuál fue tu
primera reacción?
Eugenia Valdivia: Quedarme en la parroquia y ayudar a la
gente afectada.
Roberto Rubio: Mi primera reacción fue ir a ayudar a
bomberos y carabineros con el rescate y ayuda de gente afectada.
¿Cómo reaccionó
la gente frente a esta situación?
Roberto Rubio: La gente se portó de forma solidaria,
donando dinero, ropa y etc.
¿Cuántos días
llovió?
Eugenia Valdivia: Llovió más de una semana en gran
cantidad.
¿Qué fue lo que
más te impactó?
Eugenia Valdivia: Me impactó la fuerza del Río ya
que nunca lo había visto actuar llevándose tantas cosas.
¿Dónde fueron
albergados inicialmente los damnificados?
Roberto Rubio: En un principio fueron albergados en
iglesias, gimnasios y escuelas.
¿Qué ocurrió
con la gran parte de los damnificados?
Eugenia Valdivia: La mayor parte de los
damnificados fueron trasladados a otras comunas.
¿Actuarías de
la misma forma en otra situación como esta?
Eugenia Valdivia: Actuaría igual, ya que no perdí la
calma y fui a ayudar a le gente afectada.
Roberto Rubio: Actuaría igual porque traté de ayudar al
máximo de personas.
Nosotras, Catalina Rubio y Olivia Page, eligimos este
desastre natural ya que lo encontramos sumamente interesante, un tema diverso
y, aunque terrible, un poco divertido. También, teníamos acceso a dos testigos
del temporal, que, además de ayudar a los afectados, se conocieron por primera
vez allí.
Bibliografía: